lunes, 21 de mayo de 2012

Capítulo 1. La Biblia: La Palabra de Dios



Capítulo 1. La Biblia: La Palabra de Dios
Salmos 19:7-11
7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
 El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.

8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
 El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.

9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
 Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.

10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
 Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

11 Tu siervo es además amonestado con ellos;
En guardarlos hay grande galardón.

La Biblia es la Palabra exhalada de Dios, la cual fue transmitida y revelada a más de 30 diferentes escritores que vivieron en diferentes épocas y condiciones, sin embrago, los 66 escritos armonizan, por lo cual, tal unidad demanda un solo autor: Dios Todopoderoso, y trata de un solo asunto: La persona y obra de nuestro Señor Jesucristo. Fue escrita en 3 idiomas (hebreo, griego y arameo) y cubre un periodo de 1600 años.
La palabra “Biblia” viene del vocablo griego “Biblos” que significa “Libros”.
En realidad, la Biblia es una compilación de libros, mismos que ya reunidos forman toda una enciclopedia que trasciende fronteras, culturas y épocas.

Un poco de historia
Cuando el pueblo hebreo toma la Tierra Prometida, había un pueblo muy culto y literato conocido como los fenicios, el cual llevó el alfabeto cananeo a Grecia, es por eso que la lengua griega es hija del cananeo.
Nota: El alfabeto cananeo tiene 22 letras, el griego 24. Es importante saber que las comas, la separación de capítulos y otros elementos no forman parte de los escritos antiguos, sino se usaron para una mejor comprensión.

Los griegos tomaron el alfabeto cananeo, pulieron y estilizaron las letras y formaron lo que conocemos como el alfabeto griego.

El idioma cananeo fue tan influyente que inspiró tanto a los hebreos como a los griegos para fundar sus respectivas lenguas.
El Antiguo Testamento fue escrito en idioma paleo-hebreo (cananeo primitivo y base del idioma actual), pero Esdras lo refinó a un hebreo arameizado (la lengua aramea era la lengua oficial de los babilonios, misma que impusieron al pueblo judío durante el exilio <<ver Daniel 1:1-4>>). Posteriormente se tradujo al griego.
Cuando aparece el Señor Jesucristo, tuvo que aprender el idioma arameo galilaico ya que esta era la lengua nativa de su época, pero además hablaba el griego jónico, ya que era el idioma internacional impuesto por el imperio griego, gobernante en turno.
Es importante entender que en la antigüedad no existía una institución que regulara la pronunciación y escritura de las diferentes lenguas (como la actual Real Academia de la Lengua Española), por lo cual en cada idioma o lengua existían modismos o regionalismos y es por ello que nos encontramos con que en el idioma arameo existían diferentes modalidades, asimismo como los vemos en cualquier otro idioma.
Esdras cambió algunas letras cananeas por arameas y estas resultaron ser el hebreo moderno.
La diferencia de pronunciación entre el hebreo y el arameo era mínima, como por el ejemplo, el español y el portugués en nuestro tiempo.
El hebreo de hoy es un hebreo moderno que ya contiene reglas de escritura y pronunciación, no así el paleo-hebreo (hebreo primitivo). Este, se logró conservar en cierta manera debido a que los altos grados de erudición y sacerdocio (coanín o sacerdotes y los levitas) lo siguieron manejando dentro de las actividades realizadas en el templo.
¿Qué material se usó para escribir los Escritos Sagrados?
El papiro fue uno de los primeros materiales que se usó para escribir los primeros escritos. En Éxodo 2:3 se menciona que el material con que se construyó la canasta que le salvó la vida a Moisés, era papiro.

Papiro. (Del lat. papȳrus, y este del gr. πάπυρος). m. Planta vivaz, indígena de Oriente, de la familia de las Ciperáceas, con hojas radicales, largas, muy estrechas y enteras, cañas de dos a tres metros de altura y un decímetro de grueso, cilíndricas, lisas, completamente desnudas y terminadas por un penacho de espigas con muchas flores pequeñas y verdosas, y toda ella rodeada de brácteas lineales que se encorvan hacia abajo, como el varillaje de un paraguas. || 2. Lámina sacada del tallo de esta planta y que empleaban los antiguos para escribir en ella.



El papiro fue inventado por los egipcios (esta planta es propia de la ribera del río Nilo), el cual se fabricaba realizando un entramado con filamentos pegajosos que se extraían del interior de los bejucos del papiro (planta), los cuales se golpeaban con un mazo para unirlos. Posteriormente se usaba una compresa para formar la hoja de papiro.
Una desventaja del papiro es que era una hoja muy débil y su duración era de 6 meses aproximadamente y no se podía escribir por ambos lados.

Egipto era el exportador mundial de papiros y ellos formaron la biblioteca más grande (con un millón de ejemplares) de papiros; sin embargo, había una ciudad llamada Pérgamo (ciudad griega de Asia menor), que estaba regida por el rey Átalo I (269-197 a. C.) el cual tomó la iniciativa de formar una biblioteca similar a la de Alejandría, Egipto.

Al darse cuenta los egipcios (gobernados por el rey Tolomeo I) de dichos planes, dejaron de proveerle a Pérgamo la materia prima (papiros), por lo cual el rey Átalo, ordenó que se inventara una nueva forma de material para escritura, obteniendo el pergamino a partir de pieles de ovejas, terneros o cabras, superando éste al papiro, recibiendo el nombre de “pergamino” por la ciudad que le vio nacer, Pérgamo.

El pergamino era mucho más costoso pero era mucho más duradero. El Antiguo Testamento y gran parte del Nuevo Testamento fueron escritos en papiros y en pergaminos.
La tinta que se usaba para escribir era el hollín de las paredes de los hornos, la cual era una grasita negra y polvo o ceniza que se mezclaba con agua.
Si el escriba se equivocaba, no tenía manera de borrar pero tampoco podía destruir el séfer o rollo ya que en él había sido escrito el nombre del Eterno Dios, por lo cual procedía a guardarle (es por ello que se han encontrado tantos fragmentos antiguos incompletos)
El séfer es el rollo de papiro o pergamino que aún se usa en las sinagogas.

¿Por qué tantas traducciones o versiones?
Toda traducción de les Escritos Sagrados no es más que un acto hermenéutico de interpretación. Es de suma importancia comprender que no existe una traducción perfecta.
Los lingüistas y estudiosos en idiomas consideran que al realizar una traducción de una lengua moderna a otra moderna (por ejemplo, del inglés al español) se capta solo el 85% en la intencionalidad de la lengua interpretada, perdiéndose un 15%; qué decir de una traducción de una lengua muerta a una moderna.
Nota: Toda lengua o idioma es la expresión mental de una cultura.
Existen tantas versiones de Biblias debido a que cada autor de las mismas, tienen diferentes posturas con respecto a las Escrituras, pero muchas veces estas interpretaciones son más SUBJETIVAS que OBJETIVAS. Es por ello que se recomienda usar diferentes tipos de versiones para el estudio de la Biblia ya que al emplear una sola traducción podemos caer en serios errores de interpertación.

Copias Antiguas
Existen 3 textos principales que se han preservado, mismos que posiblemente son copias que se hicieron de los manuscritos originales:
  1. El Códice Sinaítico. Un códice (primer libro compilado) de la Biblia griega, perteneciente al siglo IV, mismo que fue adquirido en la extinta URSS por Gran Bretaña en 1933 y que ahora se encuentra en el Museo Británico.
  2. El Códice Alejandrino. Probablemente escrito en el siglo V y que ahora se encuentra en el Museo Británico. Contiene toda la Biblia griega a excepción de 40 hojas del mismo que se perdieron.
  3. El Códice Vaticano. Este se encuentra en la biblioteca Vaticana en Roma. Contenía originalmente toda la Biblia, pero algunas partes se han perdido. Fue escrito aproximadamente en el siglo IV.

Analizando versiones

La septuaginta. Es una traducción de las Escrituras hebreas del AT al griego hecha en Alejandría cerca del año 250 a. C.
La peshitta o siríaco. Es una traducción de toda la Biblia, la fecha es incierta (I o II siglo), es una traducción a la lengua común de ciertas partes de Siria.
La Vulgata. La Biblia completa, traducida al latín por Jerónimo en Belén. Completada cerca del año 400 d. C. Por mil años fue la Biblia usada por la iglesia católica romana.
El Texto Masorético. Es una edición de las Escrituras hebreas (AT) desarrollada por eruditos judíos del año 500 a 950 d.C., en la cual los puntos en la vocales fueron introducidos por primera vez en el texto hebreo consonántico (de solo consonantes).

Siendo la Versión Reina Valera la más aceptada por la cristiandad desde hace muchos años atrás, es una de las que nos han entregado gran parte de la esencia del mensaje divino, no obstante, sigue siendo una traducción y por lo tanto presenta algunos errores que podemos subsanar empleando o apoyándonos en otras traducciones fieles.
Lo perfecto solo lo encontraremos en los Escritos originales, tomando en consideración que los “originales” no son más que la copia de una sucesión de copias (esta fue la labor de los copistas de la época primitiva); es decir, no existen originales, sino copias muy antiguas que se han logrado conservar y resguardar en diferentes instituciones y universidades.
La traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová) presenta errores graves de traducción debido a que la interpretación de los Escritos Sagrados se limita a su propia traducción, en lugar de depender de un profundo análisis lingüístico, exegético y hermenéutico.
Por poner un ejemplo, esta secta menciona que Jesucristo, por ser Hijo de Dios, es un ser CREADO, ya que ellos toman la expresión “Hijo de Dios” de forma literal en lugar de tomarla de acuerdo al contexto del lenguaje en el que fue escrito. Veamos:
Mateo 4:3 “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo (HUIOS) de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.”
Juan 1:12 “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos (TEKNON) de Dios”
Desde la etimología de las palabras, ya tenemos dos cosas totalmente distintas con significados distintos.
HUIOS se usa casi exclusivamente para referirse a Jesús y quiere decir que, por ejemplo, un par de gemelos nacen exactamente el mismo día y a la misma hora. Ninguno es mayor, pero uno de ellos decide someterse, voluntariamente, a la autoridad del otro. A eso se refiere este término. Dios Padre y Dios Hijo son Eternos y ambos preexisten, pero Cristo voluntariamente decide someterse a la voluntad del Padre.
TEKNON se refiere a un hijo engendrado biológica o espiritualmente.
El error grave comienza cuando ellos (los TJ) usan, para referirse a Jesús, la definición de HIJO tal y como se conoce en la mayoría de los idiomas, que para el caso es TEKNON, pero no han notado que entre HUIOS y TEKNON existe una diferencia abismal.

Evidencias que confirman la divinidad de la Biblia
Se ofrecen dos líneas de evidencia que apoyan la conclusión de que la Biblia es la Palabra de Dios:
a.   La evidencia interna. Son los hechos encontrados en la propia Biblia, mismos que afirman y confirman su origen divino.
b.   La evidencia externa. Son los hallazgos históricos e incluso arqueológicos que confirman su carácter sobrenatural y que además concuerdan con lo escrito en la Biblia. La misma naturaleza declara de forma contundente que la Biblia proviene de su Creador.
a.  EVIDENCIA INTERNA
En muchos pasajes la Biblia declara o afirma por sí misma ser la Palabra de Dios:
A. T. (Antiguo Testamento)
Dt. 6:4-9, Jos. 1:8; 2 S. 22:31; Sal. 19:7-11, 119; Is. 55:10-11; Jer. 15:16; 23:29; Dn. 10:21;
N. T. (Nuevo Testamento)
Mr. 13:31; Jn. 2:22; 5:24; Ro. 10:17; 1 Co. 2:13; Col. 3:16; 1 Ts. 2:13; 2 Ti. 3:15-17; 1 P.1:23-25; 2 P. 3:15-16; Ap. 1:2.
Los escritores del A. T., los del N. T. y el propio Señor Jesucristo afirmaban categóricamente que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios. Aunado a esto, la Biblia deja rastros por todas partes de la venida del Mesías (Gn. 3:15; Dt. 18:15; Is. 42:1; Mt. 1:1; Jn. 5:39; Jn. 20:30, 31; 1 Co. 2:2; He. 3:1; Ap. 1:1-2.)
El Salmo 19:7-11 declara que la Biblia es ciertamente la Palabra del Señor, y nombra seis perfecciones, con sus seis correspondientes transformaciones de carácter humano, que la Palabra cumple.
En Hebreos 1:1-2, no solamente se afirma que Dios habló en el Antiguo Testamento a los profetas con palabra de Dios, sino que también lo hizo Su Hijo en el Nuevo Testamento.

b.  EVIDENCIA EXTERNA
La Biblia no sólo afirma y reclama para sí el ser la Palabra de Dios, sino que apoya estas afirmaciones por abundantes evidencias que han convencido con frecuencia incluso a los lectores más escépticos.
1.   La continuidad de la Biblia. Uno de los más sorprendentes y extraordinarios hechos respecto a las Escrituras es que, aunque fueron escritas por más de cuarenta autores que vivieron a lo largo de un período de más de 1,600 años. Sus autores proceden de los más diversos lugares y situaciones de la vida; hay reyes, campesinos, filósofos, hombres de Estado, pescadores, médicos, eruditos, poetas y agricultores. Vivieron en diferentes culturas, en diferentes experiencias existenciales, y con frecuencia fueron completamente distintos en carácter. La Biblia tiene una continuidad impresionante que puede ser observada desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
2.   La extensión de la revelación bíblica. En su manifestación de la Verdad, la Biblia es inextinguible. Al igual que un telescopio, se adentra en el universo desde las infinitas alturas y profundidades de los cielos, hasta la tremenda hondura del infierno y capta las obras de Dios desde el principio hasta el fin. Como un microscopio, revela los más diminutos detalles del plan y el propósito de Dios y la perfectísima obra de la creación. Al igual que un estereoscopio, sitúa a todos los seres y objetos, tanto si están en los cielos como en la tierra, en correcta relación, los unos con los otros.
3.   La influencia y publicación de la Biblia. Ningún otro libro ha sido jamás publicado en tantas lenguas e idiomas, por y para tan diferentes pueblos y culturas, como la propia Biblia. Sus páginas están entre las primeras que fueron impresas cuando se inventaron las prensas de la moderna imprenta. Millones de copias de la Escritura han sido publicadas en todas las principales lenguas del mundo, y no hay una sola lengua escrita que no tenga, al menos, una porción impresa de la Biblia.
Aunque los escépticos, como el francés Voltaire, infiel y herético, han predicho con frecuencia que la Biblia quedaría relegada al olvido en el paso de una generación, e incluso autores del siglo XX han pronosticado que la Biblia pronto sería un libro olvidado, lo cierto es que la Biblia continúa publicándose en número creciente y en mayor número de lenguas que antes.
Dato curioso: Voltaire (ateo y escarnecedor de la Biblia) se burló de Isaac Newton (cristiano fiel y estudioso de la Biblia) cuando Newton dijo que la humanidad se habría acercado al fin de sus días una vez que lograra desplazarse a más de 70 km/hr, a lo que Voltaire de forma burlona dijo que si el hombre rebasaba esa velocidad se desintegraría. ¿Qué diría Voltaire si viviera hoy y viera que un transbordador espacial se desplaza a más de 30,000 km/hr?

4.   El contenido de la Biblia. En las profecías bíblicas se manifiesta la totalidad del programa divino para el mundo, para Israel y para la iglesia.
5.   La Biblia como literatura. Considerada como obra literaria, la Biblia es también algo supremo. No solamente contiene la historia gráfica, sino la profecía en detalle, la más bella poesía y el drama, relatos de amor y de guerra, las especulaciones de la filosofía y cuanto se relaciona con la verdad bíblica.
6.   La autoridad sin prejuicios de la Biblia. El carácter humano de los autores de la Biblia, carece de prejuicios en favor del hombre. La Biblia registra y señala, sin vacilar, el pecado y la debilidad de los mejores hombres, y advierte gráficamente a aquellos que confían en sus propias virtudes de su condenación final.
7.   El carácter supremo de la Biblia. Por encima de todo lo dicho anteriormente, la Biblia es un libro sobrenatural que revela la persona y la gloria de Dios manifestada en Su Hijo. Tal persona, Jesucristo, jamás pudo haber sido la invención de un hombre mortal, ya que Sus perfecciones nunca podrían haber sido comprendidas ni por los hombres más sabios y santos de esta tierra. El supremo carácter de la Biblia está apoyado por su revelación del carácter supremo en la persona de Jesucristo.

Como consecuencia de la combinación de las cualidades sobrenaturales y procedentes del hombre que entran en la composición de la Biblia, puede observarse una similitud entre la Biblia como la Palabra escrita y el Señor Jesucristo como el Verbo viviente. Ambas son sobrenaturales en origen, presentando una mezcla inescrutable y perfecta de lo que es divino y de lo que es humano. Ambas también ejercen un poder de transformación sobre aquellos que creen, e igualmente permitido por Dios como algo negativo y rechazado por los que no creen. Las revelaciones que muestra son igualmente tan simples como la capacidad mental de un niño, y tan complejas como los infinitos tesoros de la divina sabiduría y el divino conocimiento, sostenidas por el Dios que las ha revelado.

Notas adicionales.

TARGUM = Traducción del hebreo (poco usado en esa época) al arameo, realizado por los targumim.
LXX = Traducción del AT, del Hebreo-arameo al griego.
Kadish = Oración más importante del judaísmo y significa La Santificación, y su equivalente es el Padre Nuestro de Mateo 6: 9-13. El Padre Nuestro tiene los 7 pasos o preceptos del Kadish y Jesucristo lo cita en la oración al Padre.
El NT es un libro hebreo escrito en el idioma griego.